
Revolución Rusa
Mencheviques
Los mencheviques eran la fracción moderada del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR) que emergió de su segundo congreso en el verano de 19031 tras la disputa entre Vladímir Lenin y Yuli Mártov. Corriente diferenciada dentro del marxismo ruso, en 1912 se convirtió en un partido separado.1 Tuvo un destacado papel en el periodo interrevolucionario de 1917, tanto por su control del Sóviet de Petrogrado y del Comité Ejecutivo Central Panruso como por su participación en el Gobierno provisional derrocado en la Revolución de Octubre.
Nunca llegó a formar un movimiento cohesionado en ideología u organización. Sus dirigentes a menudo disentían entre sí, se hallaban en ocasiones más cerca de los bolcheviques, principales rivales por el respaldo de la clase obrera, que de otros mencheviques y variaron su postura sobre asuntos fundamentales en diversas ocasiones. Pável Axelrod y Yuli Mártov se convirtieron en los principales ideólogos de la corriente menchevique.
Muy activos en la organización de los sóviets durante la Revolución de 1905, tras el fracaso de ésta abandonaron la idea de la lucha armada, se centraron en tratar de formar un partido legal y abogaron por una liquidación progresiva del zarismo mediante una revolución burguesa, en la que el tercer estado compartiera el poder. Su separación del partido se hizo definitiva en 1912.
Dominaron los consejos del país entre la Revolución de Febrero y la de Octubre, junto con los socialrevolucionarios, salvo los de Petrogrado y Moscú, cuyo control perdieron antes.4 Convencidos de la imposibilidad de que el proletariado ruso tomase el poder en solitario y de que una revolución socialista prematura conduciría a la guerra civil y a su derrota, cooperaron con el nuevo Gobierno provisional y trataron de moderar las exigencias de la población.5 Ingresaron en el segundo gabinete, dos meses después de la primera revolución y trataron en vano de evitar la polarización social. Incapaces de conjugar lo que consideraban intereses del Estado con las reformas anheladas por sus seguidores, desde mediados del verano el partido cayó en la parálisis.6 A pesar del fracaso del Gobierno de coalición y de la pérdida de poder en los sucesivos gabinetes, los mencheviques siguieron rechazando la alternativa de un Gobierno basado en los sóviets, que creyeron favorecería a los bolcheviques.
Tras la Revolución de Octubre y hasta la disolución forzosa de la Asamblea Constituyente, los mencheviques trataron de mediar entre el nuevo Gobierno bolchevique y lossocialrevolucionarios y de llegar a un acuerdo pacífico entre los partidos políticos socialistas. Tras la disolución, intentaron arrebatar el poder a los bolcheviques no mediante insurrecciones, sino a través de victorias electorales que les devolviesen la influencia perdida en 1917. Su popularidad aumentó en la primavera de 1918, tanto por la crisis económica como por sus propuestas políticas y económicas. Como reacción a las victorias electorales de la oposición, el Gobierno disolvió los sóviets en los que había perdido el control, lo que condujo a protestas que provocaron la represión gubernamental. La prensa de la oposición fue clausurada, algunos de sus dirigentes fueron arrestados y se expulsó a mencheviques y socialrevolucionarios del Comité Ejecutivo Central Panruso. Tras diversos periodos de represión y cierta tolerancia durante la guerra civil, el partido fue finalmente prohibido en 1921. Algunos de sus miembros partieron al exilio, mientras que otros cooperaron con el Gobierno bolchevique.
Características de los mencheviques: Ambas fracciones del partido estaban controladas por intelectuales. Los mencheviques, sin embargo, tenían mayor número de seguidores entre las minorías del Imperio ruso y tanto los georgianos como los judíos desempeñaron un papel de especial importancia en la corriente.De los cincuenta y siete delegados al II Congreso, veinticinco habían sido judíos: seis miembros del Bund, cuatro bolcheviques y quince mencheviques (de un total de diecisiete delegados mencheviques). Los mencheviques eran además más cercanos a la tradición socialista de Europa occidental, y admiraban las organizaciones de masas de estos partidos, especialmente del alemán y su tolerancia de las corrientes internas. Muchos mencheviques veían a estos partidos como el modelo para el partido ruso, lo que en parte les impedía apreciar las diferencias de las condiciones entre Europa occidental y Rusia: a diferencia de los bolcheviques, los mencheviques nunca presentaron un programa atractivo a los campesinos, la gran mayoría de la población del país. La fracción era fundamentalmente urbana y, en general, escéptica sobre el posible papel revolucionario de los campesinos.A pesar de los cambios de postura a lo largo de su historia, los mencheviques mantuvieron ciertas características:Su insistencia en que la misión del partido era la formación de una clase obrera independiente con conciencia política, capaz de dirigir el partido y la nación. La intelectualidad debía ayudar al proletariado, pero la revolución debía llevarla a cabo este.Su convencimiento de que el proletariado debía coadyuvar a la victoria de la revolución burguesa, pero que debía permitir el desarrollo del capitalismo antes de intentar implantar el socialismo. Una preocupación por la conducta moral que les hacía rechazar el uso de cualquier medio para fomentar el socialismo.Algunas de estas, como la necesidad de involucrar al proletariado en la revolución burguesa sin tomar el poder, la falta de interés por el campesinado o su rigidez doctrinaria, influyeron en su declive y desaparición finales. La primera derivaba de su convencimiento de que ninguno de los grupos de oposición al sistema zarista era suficientemente fuerte como para derrocarlo y mantenerse en el poder y que solo la cooperación entre la burguesía y el proletariado sería capaz de acabar con él. Cualquier intento de tomar el poder en solitario debía acabar en el desastre, tanto por el abandono de la revolución por los liberales como por la imposibilidad de que los socialistas implantasen por sí solos un sistema democrático entre una población fundamentalmente campesina y sometida al sistema zarista. Los campesinos, reaccionarios, acabarían por lograr la restauración del zarismo. A diferencia de los bolcheviques, que asignaban un papel relevante en la eliminación del sistema de opresión zarista a los campesinos pobres, los mencheviques sostenían que serían los liberales, interesados también en el fin del régimen, los principales aliados del escaso proletariado urbano en la transformación política.
